Iloca


El Balneario de Iloca se encuentra al norte de la costa maulina. Se puede acceder desde Talca por la ruta K-60 (pasando por Curepto) o desde Curicó por la ruta J-60 (siguiendo el Río Mataquito)


Iloca no es una de las costas ni pueblos más lindos de Chile, peró en él se puede disfrutar de la paz y tranquilidad de este pequeño pueblo costero. Se ha destacar la gran extesión de sus playas, siendo muchas de ellas aptas para el baño (o almenos sin rocas que lo hagan peligroso).
Al momento que escribimos estas lineas, hemos estado dos veces en Iloca, ambas disfrutado de un relajado fin de semana.
En cada ocasion nos hemos hospedado en dos alojamientos diferentes, ambos recomendables.
La primera visita la hicimos en febrero de 2013. Fuimos un domigo y lunes, así que, a pesar de ser verano, no había mucha gente. Nos alojamos en en Residencial Las Lilas, donde nos ofrecieron una habitación familiar pero al precio de dos personas (un módico precio), con balcon privado con vistar al mar.

Vistas desde la habitación

En esas fechas nos acercamos a la cercana Caleta Duao, población pesquera a unos pocos kilómetros al norte de Iloca, donde se puede disfrutar de los diferentes restaurantes y picás, donde se ofrece gran variedad de platos del mar. En un local situado hacia el final de la caleta (no recuerdo el nombre) comimos chupe de marisco (que estaba bastante rico) y pastel de jaiba (parecía jaiba descogelada y sin sabor) que comió Karen y, además de no disfrutar de un rico plato, le sentó mal. También comimos en un rico restaurante frente a la playa de Iloca, donde disfrutamos de un rico y fresco pescado frito.

La segunda visita fue el verano pasado, en febrero del 2014, esta vez en pleno fin de semana. Fuimos para allá después de un intento frustado de llegar al lago Vichuquén. Esta vez llegamos desde Curicó, por donde se puede disfrutar de unas mejores vistar que por la ruta desde Talca. En esta ocasión el tiempo no nos acompañó.
Intentamos volver a quedarnos en el Residencial las Lilas, pero estaba lleno, así que nos quedamos en el alojamiento que hay al lado (Residencial Las Camelias). Nos ofrecieron una habitación no muy grande pero acogedora, también con terraza con vistas al mar (pero esta vez pública). En esta ocasión nos salió a un precio de 35000 pesos los dos con desayuno incluido (más de lo que esperabamos gastar).

Para almorzar nos dirgimos a las Hostería No Me Olvides, y no la olvidarémos. Después de sentarnos y ver los altos precios decidimos comer sólo una empanada cada uno. Cuando nos sirvieron descubrimos que no solo eran caras, sino que también pequeñas. Así que no fue un almuerzo, sino aperitivos.
Los almuerzos de verdad los hicimos en dos cocinerias muy parecidas, una al lado de la otra, que disponian de precios razonables, variedad de carta y de empanadas, y productos frescos. Una se trata de Donde Camila (residecial y restaurant), donde a pesar de un servicio un poco lento, la comida era realmente rica. El otro (no logro recodar el nombre), el servicio fue mejor, pero la comida y el ambiente algo peor.

En Iloca no hay mucho que hacer, lo principal es pasear por la playa y disfrutar de la tranquilidad de ésta. En la misma playa también se puede ver varias personas pescando jaibas de manera totalmente artesanal, algo que nos pareció muy curioso. Otra cosa a realizar es visitar la Feria Artesanal que, lamentablemente, cada vez dispone de menos productos artesanales.

Lo Mejor: El relax en la playa.
Lo Peor: La calidad o precio del algunos restaurantes.




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